JÓVENES ANTE LA COVID 19: ¿INTERCAMBIO FINAL…?
Jueves 23 de julio de 2020. La mañana alcanza sus nueve horas. Unos cuantos jóvenes se disponen a encontrarse. Parecería imposible, porque entre cada uno de ellos se interponen decenas, cientos y hasta miles de kilómetros y, por si fuera poco, una pandemia añade escollos incontables y peligrosos. Pero quiere nuestra era de dígitos y telecomunicaciones que las distancias se acorten, y que estas presencias lleguen a producirse gracias a la “magia” de una tecnología que, en el actual contexto, ha mostrado su utilidad como nunca antes.
La imagen de una humeante taza de café; la frase “Buenos días”; fotos de algún que otro paisaje; avatares sonrientes, emojis “acorazados” tras un corazón –es decir, acorazonados–, y un aliento fraternal en las frases, algo como los destellos de una buena compañía y de un lugar donde se nos espera de modo incondicional… Así comienza este día para el grupo, y esto es quizás lo más importante de todo lo que han logrado cultivar: la certeza de sus puentes de amistad que, quién no lo sabe, son una valiosa forma del amor.
Durante un mes han estado conviviendo en el ya no tan inusual espacio de un grupo de WhatsApp. Han comentado y compartido sus experiencias ante la pandemia de covid-19 y sus múltiples retos: descifrar laberintos para vencer desigualdades; demoler murallas para desbloquear muros y barreras, concebir cartillas para alfabetizar sobre un virus desconocido que, implacablemente, cada día destruye más y más vidas; elevar atalayas para vislumbrar un futuro en el que estas experiencias sirvan para vernos como, pensarnos como, y convertirnos en, seres humanos mucho mejores.
Y fue precisamente ese futuro quién más presente se hizo este jueves de aparente despedida. Sí, porque era el cuarto encuentro, el encuentro final. Pero antes de que a nadie pudiera siquiera ocurrírsele un “adiós”, un “hasta pronto”, un “nos vemos cualquiera de estos días por aquí, o por ahí…”.....
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